Por Daniela Raño
Tú y yo, tus ojos brillantes, tu piel blanca, suave y de olor floral, tu abrazo cálido . Dios nos ha juntado y nos ha vuelto una misma, para después desprenderte de mi ser, para guiarme, para poder guiarte. Tomar tus manos, besar tus mejillas, tu frente, tus ojos llenos de vida, de amor, de alegría. Escuchar tu risa, tus latidos, tus primeras palabras. Seguir tus pasos, sin cansarme, sin soltarte. Amar, desmedida y eternamente, a ti, amarte a ti más que a nada y a nadie. Tú y yo, tus ojos brillantes color café, tu piel blanca, suave y de olor floral, tu abrazo cálido, mi amor eterno, siempre mía, siempre tuya...
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